El Cyclone fue un concept car construido en 1959 por la firma norteamericana que se asomaba al futuro desde un punto de vista aeroespacial. El Cadillac Cyclone fue uno de los últimos coches diseñados por el famoso diseñador de la marca, Harley Earl que lo convirtió en un centro de
pruebas de estilo y tecnología futurista para la firma.
¿Qué es un concept car?
Un concept car es una propuesta de diseño que ponen las marcas a disposición de todos los seguidores de sus modelos, son usualmente propositivos y en la gran mayoría de las ocasiones no llegan a ver la línea de producción.
Una idea descabellada.
El Cyclone fue un modelo especialmente propositivo. Y desde que vio la luz se sabía que no llegaría las líneas de producción porque tenía demasiados implementos inéditos en un auto, como un motor trasero, una transmisión de cambios automáticos y una suspensión independiente para las cuatro ruedas.
También, y probablemente fuera lo más innovador, contaba con un sistema de prevención de colisiones operado por radar. Lo cual incluía sensores montados dentro de los dos conos en la nariz del auto.
¿Un feo guapo?
En el mundo del diseño automotriz es muy común ver que, en cuanto más revolucionario es el diseño más controversial su recepción para el público en general. En el caso del Cyclone, sus formas futuristas inspiradas en gran medida en los diseños de aviación y cohetes de la década de los años 50; incluía enormes aletas traseras de aspecto similar a las que presentaba el Cadillac de 1959. Y encima eran rematadas con el logotipo de la sección de transporte aéreo de General Motors. Para 1964 se redujo su tamaño y eliminó logotipo, para guardar cierta similitud con el Cadillac del 64.
Un diseño singular.
El parabrisas del Cyclone con forma de burbuja probablemente fue el rasgo más distintivo de este concept car junto con las líneas rectas que asemejaban dos cohetes adheridos a los costados del auto. Empezando en punta al frente y terminando en las luces traseras que simulaban propulsores de estos cohetes.
A estas formas singulares había que sumar las puertas corredizas, inéditas también en un desarrollo automotriz. Estas le conferían al auto una personalidad más dada a los altos vuelos que a una carretera asfaltada.

Su interior fue desarrollado en concordancia con su exterior; acabados metálicos un volante muy austero totalmente de metal (quiero suponer que no pensaron en la seguridad como una primera opción) Y más bien fueron por el aspecto futurista que iba de acuerdo con el sentimiento de la posguerra.
Para saber más visita: https://www.cadillac.com.mx/ y puedes ver la nota sobre el Nissan Ariya https://kmafondo.com/el-autoconcepto-hecho-realidad-nissan-ariya